"Buenas noches a todos:
Queridos
compañeros, en estos momentos en que se escapa nuestro ultimo curso y
acariciamos una nueva etapa, quiero expresaros lo que ha supuesto para mí
formar parte de esta gran familia.
Hoy
coincidimos, impecablemente vestidos, para despedir tantos momentos
compartidos. Porque posiblemente esta sea la última vez que nos veamos así,
reunidos como promoción. Porque posiblemente en tres meses algunos de nosotros
estemos estudiando en otra ciudad u otro país incluso. Y porque posiblemente el
curso próximo miremos a nuestro alrededor y no alcancemos a vernos entre cien
bancas de una fría aula de universidad.
Aquí he
vivido un sueño hecho realidad que dejará dulces cicatrices. Me siento miembro
de una promoción teñida de alegría, compañerismo y solidaridad. Con el paso de los años hemos ido tejiendo una
gran red donde cada nudo, desde el primero hasta el último, ha servido para
reforzar al otro y aunarnos en una estrecha amistad. Un grupo de asimétricos
trazos, pensamientos polifónicos y variadas escalas cromáticas que alcanza una
única tonalidad en su carácter cristiano.
Sin
embargo, todas estas palabras serían vanas si no lograran atravesar estos
muros. ¡Ojalá sean semillas que dejen sus mejores frutos en los años venideros!
¿Seremos capaces de demostrar, sin miedo, todo lo que aquí hemos aprendido?
Cuando nos veamos al cabo de los
años no me gustaría encontrarme a un abogado de renombre y sin escrúpulos
judiciales, sino a un profesional que luche en la defensa del verdadero
inocente. No quisiera ver a un mercenario de
bolsa que avive las injusticias económicas, sino a un agente bursátil que luche
por un mundo en equilibrio donde las personas no sufran la pedrada del hambre. No desearía reconocer a un
periodista carroñero, que viva de hurgar en las desgracias ajenas, sino a un
comunicador de verdades como puños. Y a mis amigos, los médicos, no
seáis millonarios dueños de clínicas abortivas, utilizad los conocimientos para
salvar vidas y escuchad con paciencia y cariños a vuestros pacientes.
Mi deseo es que llevemos una vida
feliz y plena, pero, sobre todo, coherente con lo que durante tantos años hemos
respirado entre estas paredes y que ahora, en la calle, debemos demostrar para
hacer un mundo mejor. Seamos personas y ciudadanos con valores, formados y con
una personalidad sin titubeos en esta sociedad que nos ha tocado vivir.
Un abrazo y gracias.
@GuilleMadHatter